Perros

Vagos, sordos, humillados y pisoteados.
Nos dice que pensar, que hacer y nos quieren hacer creer,
dan vuelta nuestras cabezas, nos ofuscan,
nos encierran en oscuras montañas de temores y fracasos.

Rompen nuestras manos y pies con palabras forzadas de sus voces,
queman el alma de quien quiere voltear sus verdades falsescas.

Festinan en espléndidas orgías bestiales, entre niños inmortales,
coros de arlequines tocan grotescas baladas, entre llantos, muerte,
risas, y balbucean sórdidas palabras: bello, bello placer!

El cerdo

La primera razón fue que el cerdo estaba sangrando demasiado, por lo que el sabor parecía perderse, yo le expliqué que no era la sangre del cerdo lo que hacía perder el sabor, sino la sangre que le goteaba de la entrepiernas, pero ella no quizo entender. Me fui de la habitación a fumarme un cigarro, ofuscado por el enredo y la discusión que finalmente se dió por el maldito cerdo, mi risa no la podía ocultar más y comenzé a vomitar mis entrañas mientras en la radio sonaba una agitada música que, al parecer, incitaba al sexo, o por lo menos, eso me pareció a mi, asi que fui donde mi novia que se desfallecía en llanto y me la violé, dándome a entender que su llanto era; además de la música, una forma de seducirme para que su cuerpo bañando en su sangre menstrual disfrutara de aquel acto delictual con consentimiento mutuo. Y poder así sentir el goce carnal de lo que es tener relaciones con una mujer mientras un cerdo descuartizado se masturba agitadamente mientras nos observa con cierta cara de preocupación.

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Nuestra alma

Hordas de sacerdotes acechan la paz mundial,

atándonos a prejuicios sin sentidos,

basado en años de control social.

Me remuerde la conciencia tan vasta e infectada

de parlamentos y versos ajenos a lo real,

¡pecamos! si! pero de inocentes,

sumisos y distantes de nuestra alma.

Nuestra sombra

Rosas en una copa de vino,

me dejo llevar por su olor,

en ocasiones, nos sentimos solos,

es difícil soportar tanto dolor.

Tú cuando lloras solo,

dime: que sientes?

podría llorar contigo,

pero no estoy en mi mejor momento.

Romperemos todas las barreras del temor

porque nos hablamos con sinceridad,

como hojas al viento bailando

nos coordinamos en la misma canción.

Tú, puedes soportar tanta soledad?

me pregunto cómo se sentirá,

ahogado en tu propio llanto,

nuestras voces cantarán.

Sabes, no cuento contigo,

más cerca de mi está el dolor,

los brazos ya no soportan el peso,

de todo este tiempo de poco amor.

Volaré con el viento otoñal,

sobre las tumbas de mis seres queridos

contándoles sobre mi existencia

y que me acongoja un pasado de penas.