25 mar 2012

El cerdo

La primera razón fue que el cerdo estaba sangrando demasiado, por lo que el sabor parecía perderse, yo le expliqué que no era la sangre del cerdo lo que hacía perder el sabor, sino la sangre que le goteaba de la entrepiernas, pero ella no quizo entender. Me fui de la habitación a fumarme un cigarro, ofuscado por el enredo y la discusión que finalmente se dió por el maldito cerdo, mi risa no la podía ocultar más y comenzé a vomitar mis entrañas mientras en la radio sonaba una agitada música que, al parecer, incitaba al sexo, o por lo menos, eso me pareció a mi, asi que fui donde mi novia que se desfallecía en llanto y me la violé, dándome a entender que su llanto era; además de la música, una forma de seducirme para que su cuerpo bañando en su sangre menstrual disfrutara de aquel acto delictual con consentimiento mutuo. Y poder así sentir el goce carnal de lo que es tener relaciones con una mujer mientras un cerdo descuartizado se masturba agitadamente mientras nos observa con cierta cara de preocupación.


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