7 may 2017

Y bailé

Sus ojos lloraron por última vez delante de mi
quien era ella para juzgarme por lo que estaba haciendo en ese momento
liberé desde mi alma el grito más desgarrador que mis pulmones soportaron
luego a caminar, un paso sobre otro, con el viento impulsandome
sobrevolé las calles de una ciudad que a esa altura de la noche me era desconocida
las miradas pasaba distraidas y las carcajadas ajenas parecian distantes.
Paro frente a un bar y choco con una cerveza que me bebe el aliento
¿qué haces aquí? ¿por qué estás solo?
dónde está tu abrigo, tus audífonos, tu mirada, de donde vienes y para dónde vas,
maldita cerveza que hacía preguntas sin que mi boca pudiera responder
quise llorar, y la música lloró por mi,
salir del bar, mi propósito
un cigarro para calmar mi calma,
es una de esas noches que no puedo explicar,
decidido seguí a un perro que me invitó a caminar
otras calles otros pasos, otras risas, no me hizo preguntas
solo me sonreía con sus orejas rebotando al trote de su paso
qué música deberia sonar en esta escena, me hice esa pregunta
tranquilo, me respondió mi acompañante guía,
no era tiempo para música ni bailes,
solo esperar el momento perfecto.
lo miré y entendí sus palabras
las piezas encajarían perfectamente una vez que dejara de pensar en el cómo y por qué
sin embargo quería respuestas
no insistí, y con las luces que reflejaban los ojos del animal amigo
comencé a bailar,
tap, un paso
tap tap, otro paso
tap, tap, tap, así consecutivamente, no era perfecto, era sincero
y baile,  tap tap 

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