Ahora
que leo estas palabras
deduzco
que mis pies se han doblado
y mi
columna se ha encorvado
las
fotos de antaño se han decolorado
y solo
muestran aquel niño audaz
y alegre
que fui
hoy me
jacto de mi limitada experiencia
de mis
actos logrados y fallidos
guardando
mil derrotas en el cuerpo
mil
fracasos, mil miedos,
por si
algún día los vuelvo a ocupar
y deba
volver a salir a caminar sobre ese suelo
que solo
me hace como al viejo y cansado perro
tropezar.
Tropezaré
por quiero tropezar
porque
el camino siempre ha sido sinuoso
porque mis
alas jamás se alzarán
la vida
cotidiana sin riesgos es solo cotidianeidad
y mis
manos quieren quemarse sobre las tuyas
aunque
el fuego no prenda
y quizás
me congele de tanto querer quemar
mil
formas, mil derrotas, siempre estarán
y cuando
el piso me aplaste
y yo
mismo conspire sobre mi
habré
ganado, habré logrado trascender
sobre esta vida cotidiana
habré
mirado a tus firmes ojos y decir
lo
logré.
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