5 dic 2016

Era algo sublime

Solté un grito desgarrador al abrir la puerta, jamás pensé ver que mi cuerpo estaría ahí, desgarrado descuartizado por mis propias manos, sentí el olor combinado entre la sangre y las entrañas que perfumaba la pieza del exquisito dolor que deja el sufrimiento.

 El grito despertó a mis ojos que comenzaron a mirarme angustiados, pidiéndome ayuda, pero los cegué con una colosal patada que además, reventó lo poco que quedaba de mis sesos. Mis labios y boca quisieron gritar nuevamente pero los amordazé con mis testículos; era una imagen que cualquier pintor de medio pelo se hubiese digando a retratarlo y tenerlo como su obra maestra. Sin embargo guardé ese gusto para mi, solo para mi, extasiado me masturbé con lo que quedaba de mi corazón para reventarlo contra la ventana.

La tarde naranja y el rojo de la sangre tiñeron la pieza de un color que jamás podré describir, era algo... algo sublime

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