Se tomaron un café mientras veían la televisión, sonó el reloj, ya era la hora, ella lo besó de despedida, agarró su abrigo verde olivo y caminó hasta desaparecer detrás de la puerta.
Una sensación extraña recorrió el cuerpo de él, apagó el cigarro, lavó las tazas y se marchó por la misma puerta con su abrigo negro hacia el trabajo.
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